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Ilusión y empate

JORNADA 1 – 19/08/2017 [Osasuna – Sevilla Atlético]

Por Miguel Moreno Ariztegi

Fueron 13482 espectadores los que se animaron a acompañar a Osasuna en su primer partido de Liga en El Sadar. Una tarde de ambientazo a pesar del partido, que no dejó ninguna jugada memorable ni por parte de los rojos ni del Sevilla Atlético.

A pesar de que Osasuna promete ser competitivo esta temporada, los sevillanos supieron neutralizar el juego de los de Diego Martínez, quienes aunque dominaron el juego durante la mayor parte del partido resultaron algo caóticos e imprecisos a la hora de construir ocasiones de gol.

Ayudados por los cánticos de Indar Gorri, los de Osasuna se mostraron agresivos y dominadores durante los primeros minutos, dominio que se fue diluyendo con el paso del tiempo debido tanto a la falta de precisión a la hora de construir el juego como a la seriedad del Sevilla Atlético. Los sevillistas supieron defender con orden y eficacia su portería, y llegaron incluso a dominar el juego tras el inicio fulgurante de los locales.

El gol en fuera de juego de De las Cuevas fue lo más destacable de la primera parte, y sucedió en el minuto cinco.

La segunda mitad arrancó con dominio de los visitantes, pero fue Osasuna el que se adelantó gracias a un remate de cabeza de David Rodríguez, que culminó una buena jugada ante una mala salida de Caro. Poco duró la alegría en El Sadar, ya que el Sevilla reaccionó rápida y acertadamente empatando el partido en la siguiente jugada, gracias a un rebote aprovechado por Álex Muñoz.

Aunque la afición rojilla supo arropar a los suyos durante todo el partido, el empate inmediato dejó cabizbajo a un Sadar que recordó de golpe la larga travesía que le espera a su equipo para volver a la primera categoría del fútbol.

Y poco más, idas y venidas por el campo a la carrera con más pundonor que acierto por parte de los rojos. Aunque dominaron el partido hasta el final, e incluso pudieron ganarlo si no hubiera sido anulado el gol de cabeza de Unai García, la segunda división es una prueba exigente. Diego Martínez debe ordenar e inspirar a los suyos si quiere tener opciones de pelear por el ascenso.