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El principal problema con el que se encuentran los profesionales del periodismo a la hora de redactar noticias sobre suicidios es que la sociedad todavía no ha aceptado este tipo de sucesos con la normalidad con la que se tratan las caídas accidentales, los ahogamientos o los accidentes de tráfico. Esto hace que las líneas editoriales de los medios de comunicación asuman el silencio como una manera de evitar la crítica de la opinión pública frente al posible efecto contagio que podría suponer la publicación de informaciones relativas a suicidios.
Este silencio mediático provoca que exista un desconocimiento social de un problema cuya dimensión queda clara con las cifras estadísticas: el suicidio es la primera causa de muerte no natural, muy por encima de los accidentes de tráfico.
El desconocimiento de esta realidad tan impactante ha bloqueado hasta ahora toda posibilidad a una reivindicación social. Este silencio mediático tampoco permite realizar una labor preventiva que sí podría tener lugar publicando noticias sobre suicidios, pero cumpliendo las recomendaciones que indica la OMS, los Manuales de Estilo y los códigos deontológicos del periodismo.
Este decálogo se presenta precisamente para responder a esta necesidad y va dirigido de manera específica a todos los profesionales del periodismo que habitualmente dan cobertura e informan sobre suicidios.
DECÁLOGO
- No presentar el suicidio como algo normal.
- Respetar a las víctimas y supervivientes y mostrar solidaridad con los familiares.
- Evitar en la medida de lo posible las palabras relacionadas con “éxito”, “salida”, “opción” y “solución”. Utilizar palabras que describan el hecho sin revelar la voluntad de la víctima (por ejemplo: una persona cae precipitada desde un ático…, esta madrugada se ha producido un arrollamiento en la línea ferroviaria…, aparece ahogado el cuerpo de un joven en el pantano…).
- No mencionar el método, el motivo o la posible existencia de notas de despedida. Nunca reproducir directa ni indirectamente los términos de estos testimonios.
- No publicar fotografías donde se pueda observar una relación directa con el suicidio.
- Evitar incurrir cualquier tipo de sensacionalismo. El tratamiento informativo debe ser profesional y ético. Realizar una buena investigación periodística previa. Asimismo, evitar el uso de elementos sensacionalistas por el hecho de que se trate de una víctima famosa, un asesino por violencia de género o por motivos de cercanía.
- Acompañar la noticia con un mensaje de prevención, información y lugares de ayuda para personas que puedan necesitar un apoyo psicológico (teléfonos, direcciones y mails).
- Evitar en la redacción de la noticia explicaciones simplistas y especulaciones.
- Dar a la noticia la importancia y el espacio que merece realmente, evitando otorgar una presencia más destacada por el mero hecho de que se trate de un suicidio.
- Contribuir a transmitir a la opinión pública la existencia de este problema y tratar de sensibilizar a la sociedad para buscar soluciones preventivas. Para ello se propone enmarcar las noticias desde explicaciones psicológicas, ofrecer datos de contexto sobre el suicidio en España e incluir fuentes especializadas en salud mental y salud pública así como voces de expertos en prevención del suicidio y en tratamiento de trastornos asociados.