JORNADA 07 – 2/10/2016 [Osasuna – UD Las Palmas]
Por Josune Arévalo Domínguez
Dicen que quien siembra recoge. Y se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida. Las primeras veces que fui al Sadar fue de la mano de padre. A mí y a mi hermana pequeña. Tardes viendo los partidos sentadas encima de los banquillos intentando conseguir un saludo o un autógrafo de los jugadores. Por aquellos tiempos, Osasuna era un equipo de Primera, de los de mitad de la tabla que de vez en cuando se permitía mirar a Europa.
Ayer las tornas cambiaron y fui yo quién llevé a mi padre al fútbol. No a sentarnos encima de los banquillos, sino a ver el partido desde la cabina 34. Una cerveza antes del comienzo del encuentro, disfrutando del “ambientico” y otra después, comentando con la cuadrilla futbolera los chascarrillos del partido. Quien siembra recoge.
Lo mismo le pasó a Osasuna. O más bien lo contrario. Una ventaja de dos goles desperdiciada que terminó una vez más en empate. A partir del penalti, todo el equipo encerrado atrás con dos líneas de defensas, intentando mantener el resultado y haciendo sufrir a toda la afición. Afición, por cierto, que no dejó de cantar y animar a su equipo ni un solo segundo.
Al final, empate a dos. Osasuna no pudo recoger lo sembrado así que tendremos que esperar una semana más para poder disfrutar de la primera victoria rojilla en su regreso a Primera División.