JORNADA 33 – 23/04/2017 [Osasuna – Real Sporting de Gijón]
Por Daniel López
Tarde soleada, primaveral, en el estadio de El Sadar. Una tarde en la que se vivieron varias “despedidas”. Una oficial, la del pelotari Abel Barriola y después, la virtual, la de dos equipos que si no cambian mucho las cosas, el año que viene volverán a verse las caras.
Osasuna certificó, si es que todavía quedaba alguna mínima esperanza, su descenso a Segunda División. Era uno de esos partidos, frente a un rival directo, en los que la afición todavía mantenía las esperanzas y hacía números clasificatorios después de que otros implicados en el descenso perdieran sus partidos. Pero como sucede este año, después de 90 minutos, el sueño se desvaneció. Quedaba la ilusión de acercarse a otros equipos y no ser el farolillo rojo. Pero los ánimos desaparecieron en 5 minutos. De tenerlo todo a favor (2 a 0), de estar empatados a puntos con el penúltimo y quedarse a 2 del Sporting, a 7 de la salvación… a seguir todo igual y ya con una jornada menos.
Últimos partidos para despedirnos de esta Primera División. Y así lo sentía también la afición del Sporting, tan animada casi como la rojilla. Una oportunidad perdida. Desesperados también tras ver como sus jugadores no daban el ritmo suficiente al final del partido como para ir a por la victoria y acortar distancias. En definitiva, dos equipos hundidos y que prácticamente, si el Sporting no acelera, se verán las caras el año que viene en una división inferior.
Lo que sí fue una despedida en condiciones fue la del pelotari Abel Barriola, que recibía el cariño y la ovación de todo el estadio.