Galardones Teobaldo 2018

Daniel Ramírez García-Mina

Por su intensa e inmensa labor periodística en este año desde su sección diaria de política en El Español, así como por sus certeras y entrañables columnas semanales, muchas veces ligadas con esta tierra, lo mismo que sus periódicos reportajes que, en buen porcentaje, también nos traen a Navarra. Además, toda esta labor profesional la ha ampliado, en este mismo año, con la publicación de dos libros, con ardua labor investigadora y de documentación. Daniel ha sabido mantener, en todo su trabajo, la esencia del buen periodismo.

Irene Guede Arboniés

Irene se enamoró del mundo del vino por un reportaje que le caló. Su vida cambió y se quedó en las emociones que existen en el proceso de elaboración del vino y en las personas involucradas en él. Desde entonces es ‘La chica de la garnacha’, dedicada al terruño, al trabajo en la viña. Este año ha dado vida a una idea de Julián Palacios y de Gonzaga Santesteban en un reportaje romántico, enraizado en las sensaciones: ‘Las Podas Olvidadas’, que habla de recuperar la longevidad de unas cepas, de recuerdos del pasado, de comprensión y de regresar al secreto de las viñas centenarias, con cuidado, con cariño, entendiendo que las vides son seres vivos que necesitan la debida atención para sobrevivir.

Unai Beróiz Nieto

Una fotografía de portada en Diario de Noticias de cuando las nieves en Pamplona. Un grupo de transeúntes, ciudadanos que a esa primera hora de la mañana se dirigían a su trabajo o a su lugar de formación, hace piña, un grupo unido, para empujar un autobús urbano articulado y sacarlo de su letargo rodado. Una fotografía que impresiona, bien realizada pero que, sobre todo, indica mucho del carácter de los navarros. Ahí es nada, empujar un bus urbano… fuerza, solidaridad, empuje y mucha alegría.

Imagen Objeto de Premio

Ainhoa Piudo Igarreta

“Lo peor es la soledad, nadie te habla”; esto le indicó Ángel Gonzáles Cuesta, un ser humano que lo pasó mal; que se colaba en trenes para alcanzar albergues en donde cobijarse, por toda España, y que cuando no lo conseguía dormía en la calle. Así durante cinco años. Nunca pidió porque le daba vergüenza, “casi prefería no comer”, dijo. La sociedad lo convirtió en algo ‘no útil’, pero salió adelante. Ángel volvió a ser alguien, ese que seguramente la sociedad quiso olvidar pero que mantuvo la esperanza, con fuerza, con sueños. Ainhoa podía haber sido acreedora a este galardón por su continuada labor en defensa de los valores y derechos humanos de las personas, por sus habituales trabajos en prensa, pero esta porción acotada de la vida de Ángel es, sin duda, una pieza periodística única, cuidada con esmero, tocando fibras muy sensibles, colocada en donde ha de colocarse un periodista. Un trabajo que, por sí solo, se merece nuestro reconocimiento.

Txus Iribarren

Es complicado valorar y comparar el trabajo de Txus. Se trata de un periodista certero, que no malgasta las palabras. Hace pocos años una columna acerca de las cabinas telefónicas casi lo trae a estas noches de Olite. Esta vez lo hace no solo por su permanente trabajo que materializa de manera impecable sino por, fundamentalmente, su reportaje ‘Dos historias encontradas; Los refugios de Belagua’. Es, el trabajo, un ejemplo de cómo han de enfocarse estos asuntos. El refugio militar y el del Club Deportivo Navarra, los orígenes, los porqués, sus vidas, sus finales, el fin de uno y el revivir del otro… eso sí, contado desde las personas, teniendo en cuenta, como base del reportaje, las sensaciones de quienes tiene algo que decir. Dos mundos diferentes, no opuestos, que Txus ha hermanado en unos párrafos clarificadores.

Mamen García Moreno

Si alguna información ha habido complicada en los últimos años en esta Comunidad ésta ha sido la de llevar al ciudadano el desarrollo de todo lo concerniente a los lamentables hechos ocurridos en aquellas fiestas de San Fermín en aquél portal de Pamplona. Todos sabemos a qué nos referimos. Mamen fue la señalada en su emisora para realizar este trabajo y puso todo lo que tiene, que es mucho, en cumplir con el difícil cometido. Se trataba de informar desde la verdad de los hechos, de los actos judiciales y de todo lo que rodeaba a la vista del caso y al paralelo juicio que ocurría en las calles no solo de Pamplona sino de toda España. No era fácil. Mamen supo hacerlo.

María Monreal Otano

Con el título de periodista saliendo del horno, María se enfrentó, sola, con la única compañía de una video cámara, a tratar de entender a una chica, de familia acomodad, en su decisión de abandonar el hogar y vivir ocupando una casa. “Las casas abandonadas no tiene alma”, dice la protagonista; “Me llamó la atención que nació con los ojos abiertos”, dice su padre. Y Alba, la chica, también dice que “tienes un camino marcado con todo lo que hagas, porque hay unas normas, esto está bien y esto está mal, y te van a juzgar. Ahí está el poder de darse cuenta de que cada persona es tan diferente, tan diferente que no te puedes encajonar. En nada. Somos mucho más que eso”. Con esto, María se introduce en la vida de Alba, la chica de 20 años que lleva dos viviendo en contra de las estructuras sociales. Convivencia con ella y conversaciones con su familia, la última comida todos unidos, tratar de entender los problemas y la ansiedad; la visión de los padres, comprensivos y que no han perdido la confianza en su hija. María lo hizo todo sola, de principio a fin, realizando una pieza periodística envidiable.

Marcos Iriarte Erdozáin

La portada del suplemento Mercados de El Mundo, con el titular ‘Cómo acabar con la España vacía’ sobre una imagen del cuadro de Las Meninas de Velázquez sin personas, auguraba un gran reportaje. Y lo es. Un análisis de que no sólo con impuestos se salva el campo. La rebaja de estos puede atraer empleo, sí, pero garantizar los accesos, crear agencias de promoción y, sobre todo, llevar internet a esos lugares, son las claves que pueden superar el reto de la despoblación. Marcos aúna, analiza y explica las conclusiones de gobiernos y de expertos y la idoneidad de replicar el modelo de éxito que ha permitido a las Highlands escocesas revertir la lacra de la despoblación, una ‘fórmula secreta’ que ahora espera la voluntad de la Administración. Un gran reportaje que inicia así: “En Laponia no vive nadie. Pero es que nunca vivió”, para, a renglón seguido, señalar que la España rural estuvo llena una vez: “Por sus calles corrían niños y a sus vecinos nunca les faltó el trabajo. Volver a esa foto hoy es imposible, dicen. ¿O no?”.

Visual Comunicación / Íñigo Ruiz

Virginia Jönas, Uxue Peña, Eduardo Berián, José Luis Pimoulier, Patxi Alda, Jorge Fernández Mayoral, Jesús Javier Ruiz e Íñigo Ruiz son ocho periodistas que conforman la productora navarra Visual Comunicación y que han realizado la serie ‘The Power of One’ (el Poder de Una) que estrena Olympic Channel. La serie es el resultado de dos años de trabajo con la búsqueda de historias por el mundo. Historias con un denominador común: países pequeños que consiguen su primera medalla olímpica —que no ha de ser necesariamente de oro— y lo que significa para el conjunto de sus poblaciones. Países con un conflicto asociado a los que este singular hecho les ha supuesto saber mirar al futuro.

Son seis entregas en las que las gentes de Guatemala, Chipre, Jordania, Kosovo, Montenegro y Togo han conseguido convertir el pequeño logro en responsabilidad, en compromiso con el país, en ver el deporte como una vía de escape de la pobreza o incluso de llevar una luz de alegría y esperanza a campos de refugiados. En definitiva, orgullo y ‘colocarse en el mapa’. Son, como tituló Ion Stegmeier en Diario de Navarra, ‘Los héroes mínimos’.