El secreto de los Reyes
por Jesús Murugarren Leoz
Con el coche detenido delante de un paso de peatones los he visto. Caminaban despacio, con la vacilación de quien sufre alguna limitación en la vista, en el oído, en la movilidad o quizás, un poquito y a la vez, en todo. Cuando la vida transita al ritmo de unas piernas tan ancianas, la velocidad del mundo ayuda a percibirte vulnerable. He frenado hasta parar el coche sin pensar en la conductora que esperaba detrás. «Es sábado. No hay prisa”, me he dicho. He mirado con regocijo, disfrutando de la ternura que proyectaba su paso indeciso. Ellos, tan mayores. Yo, observando, como si fueran una pareja de abuelos amorosos de un vídeo de Navidad. Me traen recuerdos de otro tiempo. Han entrado en la pastelería y he decidido aparcar y seguirles. Me he colado dentro. No quiero nada. Observar y mantener esta paz inusitada. Se respira un ambiente cálido y huele a café recién hecho. Se oyen villancicos. “Dos con leche, sin azúcar, muy caliente y rosco de reyes con nata”, pide en la barra el hombre. Mientras lleva los cafés, ella le mira con ojos de mazapán. La estampa la he visto en alguna ‘peli’ de ancianitos de Disney. La mujer saborea el rosco. “Me recuerda al tuyo, Melchor. Al que horneas por estas fechas…”. Y Melchor asiente, enjuto, elegante, pegado a una barba blanca que casi le roza el cinturón con el que sujeta sus vaqueros. Lleva un anillo con una piedra verde. ¿Una esmeralda?
La mujer sonríe cuando ve que su soberano compañero corta con cuchillo y tenedor, delicadamente, una porción de rosco y ofrece un trocito que pareció pequeño hace un momento y ahora cobra tamaño. “Eres mago hasta en la cafetería”. Y ambos ríen. Disfrutando discreto de esta sesión de cabalgata privada, no doy crédito a lo que tengo delante. Pido café y rosco, me siento en una mesa contigua para escuchar cerca y volar lejos, hasta el día en que Pedro Mari me confió su secreto. Aquella mañana de un año en que los chicos afirmaban haber descubierto que los Reyes eran los padres. No levantábamos un palmo del suelo, pero Pedro Mari ya era capaz de contradecir el criterio de todos. “No es cierto. Los Reyes son los Reyes. Los padres, solo sus lacayos. Almas que trabajan para los Magos. Los padres son gente insegura que se atribuye el mérito para ganarse el afecto de sus hijos”. Eso dijo mi amigo. Me quedé de piedra. Y lo mantuvo, mejor argumentado, en la adolescencia. Se notaba que quería ser psicólogo. «Los padres son mendigos emocionales. Gente que necesita con urgencia el reconocimiento de los hijos. Eso antes no pasaba«, concluyó resolutivo. «Yo se lo he escuchado a mi abuelo que va por los 90«. Admito que tuve dudas. Eran demasiadas las aparentes evidencias como para dudar del convencimiento colectivo. Pero, para mí, Pedro Mari era un referente. El primero de la clase y el más empático. Tipo generoso, colega de apuntes, compañero de juergas, el amigo del campamento con los Escolapios, prestamista cuando el dinero no llegaba, un hombre en el que apoyarme cuando surgían los problemas…, Con él compartí bocadillos, horas de estudio, fiestas, novelas, debates políticos y hasta el ‘Clearasil’ de las primeras espinillas. Él no me mentiría, pensé entonces. Los padres no pueden ser los Reyes. “Fíjate” me dijo en una ocasión para reforzar su argumento, “a un padre o a una madre exiges lo que sea y hacen el ridículo por complacerte” … “Los Reyes son gente seria. Puedes hacer una lista interminable de regalos. Pedir el cielo y la tierra. Ellos la valoran y asumen el reto con equilibrio en el reparto, con proporción, atendiendo a la situación infantil mundial y a criterios de justicia y solidaridad. Y si tienen que recortar a la mitad el pedido, lo hacen. Los padres, no. Los padres son exagerados. Atienden con desmesura los encargos de sus hijos. Sobreprotegen, nos ven inseguros, dubitativos…, y piensan que pueden secuestrar con regalos lo que no hacen con dedicación. ¡Pobres! Si algo teme una madre es ver que su hijo vuela solo. Siempre piensa que se va a estrellar. Tú y yo hemos asistido al espectáculo de descubrir a padres maduritos insultar a un árbitro al que le doblan la edad en partiditos de futbito por defender que su criatura de 6 años había sufrido una falta no pitada. ¿Crees que alguien así va a ser rey?”
El argumento me parecía incontestable. Definitivamente los Reyes no podían ser los padres. La respuesta con lamparón de nata en la comisura de los labios la tenía delante de mí. El gran Melchor de mi infancia, el hombre al que adoré desde aquella escalera plegable en la que mi padre me subía para acercarme a la comitiva en la tarde del 5 de enero, estaba ahí. Mi rey favorito vestido en vaqueros compartiendo desayuno con su esposa. Melchor se levanta, paga la cuenta y toma del brazo a su compañera. Han disfrutado del desayuno. De repente, se da la vuelta y me clava dos enormes ojos que surgen al norte de sus barbas. Ha visto que no he dejado de mirarlos. Me siento descubierto.
– «Vigila el secreto, Jose (me llama por mi nombre). Pedro Mari y tú lo sabéis, pero los padres nos necesitan. Ellos hacen lo que pueden. Guarda de una forma especial lo que sabes. Déjalo escrito. No como si fuera un artículo de denuncia periodística. Que parezca un cuento de Navidad que nos ayude a todos. A los padres, a reflexionar, a los Reyes a ser más justos.» Se coloca el dedo índice sobre los labios y ahora sí, confirmo que ese pedrusco que despunta en el anillo no puede ser otra cosa que la esmeralda de un rey mago. Me mira con dulzura, con una majestad elegante y delicada. Y yo, recuerdo a mi amigo, Pedro Mari. Pienso en las dudas que alguna vez tuve, tiemblo y asiento.
– «Puedes confiar en mí, Melchor. Será mi cuento de Navidad”
Jose Murugarren, ganador del certamen literario de Navidad Heraldo de los Reyes Magos
El cuento ‘El secreto de los Reyes’ del redactor jefe de Diario de Navarra fue el mejor de los 265 presentados
- CONVOCANTES. La Asociación Periodistas de Navarra y la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona convocan con el X Certamen de Cuentos de Navidad ‘Heraldo de los Reyes Magos’, con el fin de fomentar la creación literaria.
- MODALIDAD ABIERTA ÚNICA. Podrán participar en esta categoría los cuentos escritos por adultos, público en general y en particular, periodistas navarros/as, incluso aquellos/as que residan fuera de nuestra Comunidad. Los periodistas deberán ser licenciados/as o graduados/as en una Facultad de Ciencias de la Información o de Comunicación.
- TEMA. Es válido cualquier tema que aluda al ‘tiempo de Navidad’.
- TEXTOS. Se aceptarán textos en castellano y en euskera, de una extensión máxima de 3.000 palabras, escritas en cualquier fuente (tamaño 12) y doble espacio en formato A4 (210×297 mm). Deben llevar páginas numeradas y escritas por una sola cara. Las obras han de ser inéditas. Cada participante podrá presentar un máximo de dos trabajos. La organización no devolverá los trabajos.
- DERECHOS. Las obras premiadas quedarán en propiedad de la Asociación Periodistas de Navarra y de la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona, que se reservan el derecho de publicar los cuentos premiados, sin que ello suponga o sean exigibles derechos de autor.
- PLAZOS. El plazo de entrega de los cuentos finaliza a las 13:00 horas del miércoles 8 de enero de 2020. Los originales se presentarán preferentemente por correo electrónico con el escrito adjunto a la siguiente dirección: concursoheraldo@periodistasdenavarra.es.
- PRESENTACIÓN. Preferentemente por correo electrónico incluyendo en un mismo correo dos archivos en formato texto [Word o similar]:
- El primero de nombre “Cuento” contendrá el cuento propiamente dicho sin identificación del autor/a;
- El segundo de nombre “Datos” contendrá los datos del autor/a: nombre, apellidos, dirección y teléfono, título del trabajo y lema.
- También se puede optar por el correo postal. En este caso será necesario remitir a la siguiente dirección un sobre grande que contendrá el ‘CUENTO’ propiamente dicho y en su interior un sobre de menor tamaño conteniendo los ‘DATOS’:
- Cabalgata Reyes Magos de Pamplona
Virgen Oskia s/n, 31011 Pamplona-Iruña - Martes y jueves de 11.30 a 13 horas // Miércoles y viernes de 16 a 18.30 horas
- Cabalgata Reyes Magos de Pamplona
- PREMIOS. Se establece un único premio y cuantos accésit, hasta tres, estime el Jurado. El ganador tendrá una asignación económica de 600€ y se entregará una estatuilla de autor por parte de la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona. El jurado podrá otorgar, si lo considera, uno o varios accésit que contarán con diploma acreditativo del galardón.
- JURADO. El jurado estará formado por una comisión compuesta por periodistas y representantes de la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona. El fallo del Jurado será inapelable y se comunicará directamente al ganador y posibles accésit y a los medios de comunicación.
- ENTREGA DE PREMIO. El acto de la entrega de premios tendrá lugar la primera semana de febrero, en un acto que se anunciará oportunamente.
- ACEPTACIÓN. El hecho de presentarse a esta convocatoria supone la aceptación de las bases.